jueves, 10 de enero de 2013

Del ring a la pantalla


Muchos son los directores y actores reconocidos que a lo largo de la historia se han subido al ring, y es que desde que Chaplin se puso los guantes hasta que Christian Bale recogió su Oscar hace dos años por “The Fighter”, mucho ha llovido en la relación de amor entre el cine y el boxeo.

La historia del boxeo en el cine es tan antigua casi como el propio cine. Y es que las primeras grabaciones de boxeo datan de finales del Siglo XIX, cuando eran boxeadores reales los que protagonizaban las filmaciones. Eran filmaciones clandestinas, pues el boxeo estaba mal visto en aquella época, protagonizadas por algunos de los púgiles más reconocidos del momento.
Poco después, los actores empiezan a atreverse a ponerse los guantes y subirse al ring, y es en el terreno cómico donde empiezan a proliferar las primeras obras de temática pugilística, con dos auténticos pesos pesados del cine mudo como estandartes, Charles Chaplin y Buster Keaton, que dirigieron respectivamente “Charlot, campeón de boxeo” (1915) y “El boxeador”, 1926, en la que se presentaban boxeadores enclenques y muy mímicos.
Con el paso del tiempo, el boxeo fue alejándose cinematográficamente del género cómico para explorar un cine más dramático y social. El propio Hitchcock no pudo resistirse en los albores de su carrera al género con su película “El ring” (1927). Pero fue la llegada del sonoro lo que realmente catapultó al género y lo llevó a compararse con auténticas obras maestras del séptimo arte. Así llega “El campeón” (1931) de King Vidor, que se convierte en la primera película de boxeo en ser galardonada con Oscars, a Mejor Historia y Actor. La película introduce con maestría uno de los temas que serán más tratados en el cine en torno al boxeo, como es la decadencia y mala vida del exboxeador, su desconexión con la sociedad y el abandono de sí mismo. “El boxeador y la dama” (1933) es la primera comedia romántica con el boxeo como eje central, también ganadora del Oscar a Mejor Historia.
Con la llegada de la mitad de la década, se producen auténticos clásicos del género, como “Gentleman Jim” (1942), el primer biopic de un boxeador real, la oscarizada “Cuerpo y Alma” (1947) de Robert Rossen y sobretodo “Marcado por el odio” (1956), de Robert Wise, una de las obras maestras del género que reconstruye la historia de Rocky Graziano de manos de un impresionante Paul Newman.

Cartel de la película 'Body and Soul' del año 1947, protagonizada por John Garfield y Lilli Palmer.

El boxeo experimente en las siguientes dos décadas altibajos, combinando grandes obras cono “Más dura será la caída” (1956), con obras más que nada anecdóticas como “Piso de lona”, protagonizada nada más y nada menos que por Elvis Presley.
Es en 1976 cuando el cine de boxeo vuelve a su apogeo gracias a la saga “Rocky”, de Sylvester Stallone, sin duda una de las mayores obras fílmicas sobre el noble deporte y una referencia absoluta para todo amante del boxeo y del cine. Stallone repasa a través de seis películas y treinta años la evolución completa de un boxeador tocando todos y cada uno de los palos, creando una obra conjunta que no deja nada por desentrañar y se convierte en una verdadera anatomía del boxeador y su vida.

'Toro Salvaje' es una de las películas más representativas del cine de boxeo.

Este éxtasis de finales de los noventa lo completa “Toro salvaje” (1980), una de las mejores obras de Martin Scorsese con un genial De Niro en el papel de Jake la Motta, con una trama oscura que presenta al boxeador con un complejo mundo interior de miedos y odio. “Toro salvaje” se convierte por derecho propio en el último gran clásico del boxeo, y es la última obra de envergadura antes de una laguna de mediocridad que duraría hasta finales de los noventa.
“Huracán carter” (1999), protagonizada por Denzel Washington y “The boxer” (1997), de Jim Sheridan, reavivan la llama a finales de los noventa. En los últimos diez años se ha producido un nuevo boom y auge en el género, con el aspecto dramático e interno del boxeador como máximo exponente, con obras de la talla de “Ali” (2001), “Million dollar baby” (2004), “Cinderellaman” (2005) o las más recientes “The Fighter” (2010) o “Warrior” (2011).

Will Smith protagonizó el biopic sobre el considerado mejor boxeador de todos los tiempos, Muhammad Ali.

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